Un viaje inesperado by Angélica Dossetti

Un viaje inesperado by Angélica Dossetti

autor:Angélica Dossetti [Dossetti, Angélica]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9789561226913
editor: Zig-Zag
publicado: 2016-02-02T00:00:00+00:00


Lunes 21 de agosto

Falta un día para mi cumpleaños y ni siquiera sabemos dónde estamos.

La última vez que escribí fue en la madrugada del domingo y lo hice porque desperté en medio de la noche para no poder conciliar más el sueño. Después de cerrar el diario y guardarlo en mi mochila, me subí nuevamente a la hamaca y me quedé esperando que amaneciera. No pasó mucho tiempo porque, como estaba escribiendo, las horas se me hicieron cortas.

A la mañana siguiente, Ana fue la primera en despertar.

–No era un sueño –dijo entre dientes, mientras examinaba con la mirada el lugar.

–Yo también esperaba estar soñando –le dije.

Nuestras voces despertaron a Facu quien, como yo, se cayó de la hamaca al intentar bajarse.

–¿Tú también pensabas que todo era un sueño? –Ana miró a Facundo, con cara de pregunta.

–Sí, piba, pero ya veo que no lo es. –Facu caminó hasta la puerta, y asomó su cabeza. Luego regresó y se sentó en el suelo, restregándose los ojos en un intento de ver mejor.

–Chicos, todo esto es muy raro –dijo Ana, mientras se acomodaba junto a Facu.

–¿Creen que hayamos retrocedido en el tiempo? –No quería decir eso, sonaba a loca de remate, pero después de pensar durante la noche en todo lo que habíamos visto y sobre lo que Tiba nos contó, no encontraba otra explicación.

–Vos estás mal de la cabeza, piba, eso sólo pasa en las películas –dijo Facu, con aires de que todo lo sabe.

–Si me crees loca, explícame qué está pasando. –Sabía que no tenía que decir eso, pero ya era demasiado tarde y las palabras de Facu me molestaron mucho.

–Y cómo querés que te lo explique, si no entiendo nada. –Facundo tenía la habilidad de hacerme sentir ridícula.

–Chicos, yo también he estado pensando en que pudimos retroceder en el tiempo –Ana reafirmó mi teoría.

–Otra más pensando tonteras –dijo Facu un poco molesto.

–¡Facu, tú no eres dueño de la verdad! –le grité enojada.

–Calma, chicas, no podemos dedicarnos a pelear, sino que tenemos que investigar lo que ocurre. –Ana apoyó una de sus manos en el mentón, pensativa, mientras Facundo movía la cabeza de lado a lado y murmuraba algo entre dientes.

–Tiba dijo que los españoles llegaron cuando su madre era una niña… y yo calculo que ella puede tener unos dieciocho o veinte años –intenté sacar la cuenta, pero no me resultó.

–Pensemos que la madre de Tiba tenía cinco años cuando llegaron los castellanos, con todo y Cristóbal Colón –Ana comenzó a hacer los cálculos.

–¡No hablés pavadas, piba! –la interrumpió Facu, sin poder controlar su enojo.

–¡Déjame terminar! Pensemos que tuvo a Tiba cuando tenía veinte años y que ella ahora tiene dieciocho –continuó nuestra amiga.

–Eso quiere decir que han pasado treinta y tres años desde que llegaron los castellanos. ¿En qué año llegaron?, es que no me acuerdo –dije, con la cara roja de vergüenza.

–Pero si los que llegaron con Cristóbal Colón fueron los españoles –discutió Facundo.

–Pero Facu, ¿acaso a ti nunca te hicieron Historia en el colegio? En esa época



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